Me consta que en el Congreso se reparten los nombramientos al Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Banco Central de Reserva en cuotas, parecidas a la importancia de la representación política. Lo vi cuando asesor. Sigue siendo así. Se ha institucionalizado, digamos, la repartija.
Al PPC le ofrecieron la Defensoría del Pueblo inicialmente. Guido Lombardi iba a ser Defensor, como trascendió. La Defensoría es una inmensa ONG mal manejada, digamos. Su atractivo principal es que emplea a cientos de personas. El PPC insistió en el Tribunal. Como ven, el premio consuelo para Perú Posible no es tal, para ellos al menos.
Domingo García Belaúnde, Raúl Ferrero, Ernesto Blume y Alfonso de los Heros fueron los cuatro candidatos que presentó el PPC. García Belaúnde es el mejor constitucionalista peruano. Es el único consultado académicamente en el mundo. Lamentablemente (o afortunadamente dado lo que pasó) confirmó su candidatura muy tarde. Ni él ni Raúl Ferrero quisieron que manosearan sus nombres en la repartija.
La alternativa que enfrentó el PPC a participar en esta repartija era mucho peor. Solidaridad Nacional insistió con Rafael López de Aliaga para el BCR hasta el final. El APRA y Solidaridad tenían mucho peores candidatos al Tribunal. Si el PPC pateaba el tablero facilitaba la opción recién descrita. El dilema, pues, era participar en la repartija usual o no hacerlo y facilitar una mucho peor. Si se eligiera por méritos, todos los candidatos del PPC hubieran ido al TC, junto a Eguiguren y Sardón.
Lourdes no intervino en la elección al TC. Que algunos la mencionen es sólo otra muestra de que la NO revocación la regresó a la política. Ya respondió. Soy más explícito acá.
Mañana se votará para dejar sin efecto la elección, incluyendo la de los muy buenos directores del BCR (Gustavo Yamada especialmente) o de algunos buenos miembros del TC que han renunciado o no (Blume, Eguiguren y Sardón).
La carátula de La Primera de hoy grafica cómo un sector político no solo quiere sacar cuerpo de lo ocurrido, sino jalar agua para su molino. El principal responsable de la repartija es el gobierno. No quiso elegir a los mejores así uno de sus candidatos sea pésimo a juzgar por su trayectoria judicial o congresal. No supo lidiar con el petardeo permanente del APRA y eventual de los Fujimoristas para los cuales el status quo es preferible. El Presidente Humala le jaló la alfombra a los funcionarios elegidos tras un proceso que dirigió el Presidente del Congreso. Lidió bien con los que lanzaban petardos. Hoy anunció que no iría a la reelección. Se vocea al congresista Otárola. Madre mía (sin alusiones).
¿Cómo quedamos? La institucionalidad sigue igual de precaria. Los buenos candidatos elegidos lo pensarán dos veces antes de intentar repetir el plato. El BCR seguirá sin directorio, el TC y la Defensoría mochos. Los avezados de la política ganan, aprovechando el desconocimiento y el repudio que genera el Congreso. El PPC ha perdido, pese a que propuso a los mejores y optó por el mal menor. El gobierno se lava las manos tras el desorden que promovió. Todo esto aleja de la política, aún más, a muchos ciudadanos de bien.